EL CÉLEBRE JEAN-FRANÇOIS BAUTTE
1791-1852
Los orígenes de Girard-Perregaux están vinculados a dos personajes emblemáticos de la relojería suiza.
El primero, Jean-François Bautte, nació en 1772 en Ginebra en el seno de una modesta familia obrera. se quedó huérfano a muy temprana edad y a los doce años comenzó como aprendiz y se formó en los distintos oficios de montador de cajas, guilloqueador, relojero, joyero y orfebre.
Firmó sus primeros relojes en 1791 y a su talento de artesano se sumaron sus dotes comerciales y pronto creó su propia manufactura reuniendo bajo el mismo techo todas las artes relojeras de la época. Fabricó relojes, joyas, autómatas, cajas de música y otros virtuosos objetos.
Entre sus clientes figuraban miembros de la realeza europea, pero este brillante hombre de negocios no sólo comerciaba con ella, también hacía negocios en Turquía, India y China. Dumas, Balzac y Ruskin, entre otros, dedicaron páginas enteras al célebre relojero-joyero ginebrino, que fue uno de los inventores del reloj extra-plano.
A su muerte en 1837, dejó como herencia a sus sucesores, Jacques Bautte y Jean-Samuel Rossel, un patrimonio industrial y cultural de gran calidad.
CONSTANT GIRARD EL VISIONARIO
1852 -1900
La segunda figura emblemática de la historia de Girard-Perregaux tiene su origen de La Chaux-de-Fonds. Nacido en 1825 en las montañas de Neuchâtel, Constant Girard fundó la casa Girard & Cie en 1852. Dos años más tarde se casó con Marie Perregaux (1831-1912), procedente de una familia de importantes empresarios relojeros de Le Locle. De estos nombres nació en 1856 la Manufactura Girard-Perregaux en La Chaux-de-Fonds.
Constant Girard-Perregaux destacó en particular por sus investigaciones en el campo de los sistemas de escape y en particular el de Tourbillon. La calidad y la belleza de sus creaciones fueron recompensadas con varios premios y distinciones en concursos nacionales, internacionales y Exposiciones Universales. En 1867 presentó un Tourbillon que fue premiado en la Exposición Universal de París pero fue en 1889 cuando su famoso Tourbillon con Tres Puentes de Oro, que se había convertido en el icono de Girard-Perregaux, obtuvo la medalla de oro en la Exposición Universal de París.
El relojero fue un auténtico visionario. En 1880 desarrolló un concepto de relojes de muñeca para los oficiales de la marina alemana y dirigidos por Guillermo I, el Emperador de Alemania. Para proteger el cristal de los golpes, iba montado una rejilla. Se fabricaron dos mil relojes, lo que representa la primera comercialización importante de relojes de muñeca. Sin embargo, esta idea revolucionaria no tuvo una continuidad inmediata, para ello hubo que esperar a principios del siglo siguiente para que el reloj de pulsera tuviera el éxito que conocemos.
PRESTIGIO INTERNACIONAL
1852-1900
Bajo el impulso de la familia Girard-Perregaux, la Manufactura extendió su prestigio más allá del viejo continente y fue una de las primeras en introducir el reloj suizo en América. Constant Girard-Perregaux, junto con sus cuñados Henri (1828-1893) y Jules Perregaux (1838-1903), abrió sucursales allí. En octubre de 1865, Henri embarcó para Argentina en compañía de su esposa. Se estableció en Buenos Aires, en donde dedicó 16 años a hacer prosperar la Marca, que se acabó imponiendo en todos los mercados americanos.
Girard-Perregaux extendió su presencia hasta Asia de manera notable. Uno de los hermanos de Marie, François Perregaux (1834-1877), fue uno de los pioneros de la relojería suiza en Japón. En 1859 se embarcó hacia Asia enviado por la Unión Relojera para la fundación de las sucursales de exportación.
A partir de 1860 fijó su residencia en Yokohama, convirtiéndose en el primer empresario relojero suizo del País del Sol Naciente. Allí fundó, en 1865, la empresa F. Perregaux & Co. Figuraba entre las personas más influyentes de la comunidad francófona de Japón y era uno de los residentes más antiguos. Fue agente oficial de Girard-Perregaux hasta su muerte en 1877.
CONTINUIDAD DE LA EXPANSIÓN
1900-1945
En los albores del siglo XX, Girard-Perregaux gozaba de un esplendor indiscutible. su supremacía en las exposiciones internacionales fue tal, que se decidió considerarla fuera del concurso y fue elegida miembro del jurado permanente. El propio conde Ferdinand von Zeppelin midió sus pruebas aeronáuticas con relojes Girard-Perregaux. A la muerte de Constant Girard-Perregaux, en 1903, su hijo Constant Girard-Gallet (1856-1945) le sucedió al frente de la Manufactura. En 1906 recuperó la famosa Maison Bautte y la fusionó con Girard-Perregaux et Cie. Así fue como dos ilustres nombres de la relojería suiza se unieron definitivamente.
En 1928, Otto Graef (1862-1948 ), relojero de origen alemán instalado en La Chaux-de-Fonds y propietario de la Marca MIMO ( Manufacture Internationale de Montres Or ), comenzó a participar en el capital social de Girard-Perregaux. Su empresa adquirió una dimensión planetaria.
En 1930, las ventas de relojes de pulsera por primera vez superaban en número a las de relojes de bolsillo cincuenta años después de que Constant Girard-Perregaux se anticipase a esta forma de llevar la hora.
En los años 40, la marca Girard-Perregaux continuó creciendo tanto en Europa como en el continente americano, en particular con el modelo hermético Sea Hawk, mientras que la marca MIMO se extendió principalmente por los mercados europeos. En 1945, se creó un modelo rectangular de inspiración Art Déco que se recuperó cincuenta años más tarde con el nombre Vintage 1945.
SENTIDO DE INNOVACIÓN
1945-1970
A comienzos de los años 60, Girard-Perregaux era una de las pocas manufacturas que disponía de un equipo de I+D interno. Este departamento de investigación permitió a la Marca desarrollar varios movimientos revolucionarios.
En 1966, presentó el primer movimiento de alta frecuencia con un volante capaz de alcanzar las
36.000 alternancias/hora: el Gyromatic HF. Este descubrimiento modificó fundamentalmente el mundo de la cronometría. Como era de esperarse, los relojes que incorporaban este movimiento tenían excelentes prestaciones de funcionamiento. Girard-Perregaux obtuvo certificados de observatorios para relojes de serie en competiciones que únicamente exhibían relojes especialmente preparados para esa prueba. Ese mismo año, el Control de Estado del Cantón de Neuchâtel recompensó la labor y los desarrollos de Girard-Perregaux otorgando a la Marca el premio del centenario del Observatorio.
Las innovaciones continuaron: en 1970, en la feria relojera de Basilea, tuvieron lugar las primeras presentaciones comerciales de relojes de cuarzo suizos, entre ellos el modelo Girard-Perregaux Elcron. En 1971, Girard-Perregaux desveló el primer reloj del mundo dotado de un movimiento en el que el cuarzo vibraba a 32.768 hercios, frecuencia adoptada en la actualidad como valor de referencia universal por todos los fabricantes.
EL RETORNO DE LOS RELOJES MECÁNICOS
1970-2000
A finales de los años 70, enfrentada al auge del cuarzo, la industria relojera estaba en plena crisis. Girard-Perregaux fue una de las primeras empresas relojeras de prestigio en apostar por el retorno de los relojes mecánicos tradicionales.
Los maestros relojeros de Girard-Perregaux emprendieron la reedición de veinte ejemplares del famoso reloj de bolsillo Tourbillon con Tres Puentes de Oro : el número 1 se presentó en 1981. Diez años más tarde, para celebrar su bicentenario, la Manufactura realizó una proeza con una versión del Tourbillon con Tres Puentes de Oro miniaturizada a escala de un reloj de muñeca. El empresario italiano, arquitecto y antiguo piloto de automóviles Luigi Macaluso tomó las riendas de Girard-Perregaux en 1992.
Bajo su liderazgo, Girard-Perregaux se convirtió en uno de los grandes nombres de la Alta Relojería. Su colaboración con Ferrari entre 1994 y 2004 dio lugar a una notable colección de modelos deportivos y grandes complicaciones con el mítico «cavallino rampante».
En una época en la que muchas empresas relojeras suizas se aprovisionaron con movimientos o bocetos de proveedores externos, Girard-Perregaux hizo un gran esfuerzo para desarrollar su lógica de Manufactura. Se realizaron importantes inversiones, en particular en el ámbito de la investigación y desarrollo. En 1994 se lanzó una nueva familia de calibres ultra-planos denominados GP3000 y GP3100.
El patrimonio también ocupó un lugar destacado con la inauguración del Museo Girard-Perregaux, un testigo privilegiado de la historia de la Marca.
UN PERIODO LLENO DE NOVEDADES
2000-2014
Durante los primeros años del nuevo milenio, se llevaron a cabo los progresos más excepcionales, como el Vintage 1945 Jackpot Tourbillon, que aplica la precisión de la Alta Relojería al juego de azar, o los fascinantes Tourbillons Multi-Axiales dotados de jaulas concéntricas. Asimismo, Girard-Perregaux ha equipado a sus colecciones femeninas con extraordinarias complicaciones relojeras.
En 2011, Kering, líder mundial en ropa y accesorios, se convirtió en el accionista mayoritario de Girard-Perregaux.
El siguiente año, la Marca presentó la colección Hawk, continuando su larga tradición de relojes deportivos.
En 2013, Girard-Perregaux presentó los primeros modelos equipados con su revolucionario escape de fuerza constante, dando inicio a una era de creación de movimientos relojeros de precisión inimitable.
Girard-Perregaux recibió numerosos premios por su extraordinario desarrollo, incluyendo el más prestigioso de todos : el Aiguille d’Or del Gran Premio de Relojería de Ginebra.